Día tras día recibimos insistentes mensajes de los poderosos a través de sus agentes de que “No hay alternativa”, con el objetivo claro de que esta idea cale en la mayoría silenciosa; pero por otro lado observamos una mayor presencia de movimientos sociales que contradicen dicho “mantra ideológico”, enviándonos un mensaje claro de que “Hay muchas alternativas”.
Cabría entonces preguntarse ¿cómo hemos llegado a esta situación?, en la que una mayoría de la población cree a ciencia cierta el mantra ideológico que los poderosos han conseguido imponer a través de sus portavoces: los políticos y los medios de comunicación, analicemos con detalle esta situación en cada uno de los casos.
A nivel político no comparto la queja popular de “que todos los políticos son iguales”, ya que no lo son, pero los hechos prueban que los que tienen poder y capacidad de legislar lo hacen abrumadoramente en defensa de los intereses de los poderosos, y para muestra de ello veamos iniciativas políticas y legislativas del presente siglo: privatización de servicios públicos, socialización de perdidas de las grandes corporaciones, perdida de derechos laborales, protección de los derechos de las transnacionales en contra de los derechos ciudadanos, …, daría para llenar folios describiéndolas.
Con respecto a los medios de comunicación, la mayoría de ellos están concentrados en muy pocas manos y defienden unos intereses muy particulares, que coinciden plenamente con los de los poderosos. Es un hecho constatado que muchos profesionales nos muestran habitualmente como información lo que realmente es opinión e ideología, y día tras día saturan a la opinión pública con mensajes del tipo “No hay alternativa” con opiniones tales como: “de donde sacamos dinero para determinada acción social”, “hay que bajar el paro aunque para ello el trabajador deba renunciar a sus derechos”, “hay que privatizar servicios públicos esenciales ya que la gestión privada es más efectiva”, “el libre comercio es la panacea que resolverá todos los problemas mundiales”, y así una larga lista de clichés prefabricados por los lobbies del poder neoliberal dominante.
La realidad desafortunadamente es la que mostramos, los dos grandes grupos que controlan la opinión pública – políticos y medios de comunicación- están completamente alineados con la postura neoliberal de “No hay alternativa”, y esta visión por desgracia está calando en amplias capas de la población, por lo que cabe preguntarse, ¿qué podemos hacer a nivel individual para revertirlo?, desde luego que no hay una formula mágica, pero si cabría un posicionamiento claro con posturas del tipo “Hay otras alternativas”, apoyando a diferentes movimientos sociales, como: ecologistas, comercio justo, economías alternativas, …, formulando propuestas encaminadas a que la mayoría de la población tenga una vida digna, aunque para ello los poderosos tengan que colaborar en su justa medida, ni más ni menos.
El sistema neoliberal actual cuyos valores son el crecimiento ilimitado, acaparar riqueza y competencia/individualismo, no está dando soluciones a los problemas de la mayoría, por lo que desde el inicio de la crisis están surgiendo diferentes alternativas de modelos económicos, como “La Economía del Bien Común”, movimiento social holístico que se sustenta en los valores que nos permiten mejorar nuestras relaciones personales, como son: la colaboración, la solidaridad, la empatía, …, y donde el dinero, para conseguir los objetivos sociales, pasa de ser un fin a ser un medio. Esto que puede sonar como una propuesta antisistema, es lo que la mayoría de las Constituciones de los países democráticos dicen: en el caso español en el artículo 128 dice literalmente: “Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”.
Autor: J.M.Martín