15 de Junio de 2025
¿Pueden los recursos que sustentan la vida humana regirse por las mismas reglas que otros bienes no esenciales para la vida?
En una época marcada por crisis múltiples —desigualdad, climática, energética, alimentaria, sanitaria, habitacional—, se hace cada vez más urgente una pregunta fundamental: ¿cómo estamos gestionando los bienes esenciales para la vida? Agua, aire sano, alimentos, salud, infraestructuras sociales ( como la energía, el transporte,…), vivienda o ecosistemas sanos no son simples mercancías: son la base que permite la existencia digna y sostenible de las personas y las comunidades. Sin embargo, en muchas partes del mundo, sobre todo en las sociedades desarrolladas occidentales, estos bienes están siendo regulados y distribuidos principalmente por la lógica del mercado. ¿Qué consecuencias tiene esto? ¿Qué alternativas existen?
El mercado: cuando lo esencial se convierte en mercancía
La lógica del mercado se basa en la oferta, la demanda y la rentabilidad económica a corto plazo. El acceso a cualquier bien depende del poder adquisitivo, no de la necesidad. Esta lógica puede funcionar —con muchos límites— para productos no esenciales para la vida, pero se vuelve profundamente injusta y peligrosa cuando se aplica a lo que es vital.
Por ejemplo:
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El acceso al agua potable depende, en muchas regiones, de concesiones privadas que priorizan el beneficio económico sobre el abastecimiento equitativo y asequible. ¡Sin agua no existiríamos!.
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A nivel global, la producción de alimentos se orienta hacia mercados internacionales, mientras localmente millones de personas padecen hambre o malnutrición. Sin olvidar que la agricultura intensiva es una de las grandes culpables de la degradación de los suelos (cuya externalidad negativa paga el resto de la sociedad), no fija población local, ni genera plusvalías sociales.
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Con las lógicas del mercado, la salud se transforma en un servicio costoso y segmentado, y no en un derecho garantizado universalmente. Es escandaloso ver como este servicio vital se usa por los grandes fondos de inversión para la obtención de altos y rápidos rendimientos financieros, sin importarles el acceso universal.
El mercado no considera los límites ecológicos: tiende a maximizar la explotación de recursos, aunque eso comprometa su renovación futura. Se busca rentabilidad a corto plazo, no sostenibilidad a largo plazo. Podemos afirmar de forma contundente que, el mercado es incapaz de gestionar de forma eficaz, y sobre todo sostenible, los bienes esenciales para la vida humana.
Sostenibilidad: una lógica basada en el cuidado y el bien común
Frente a este modelo (el mercado como único ente regulador), surge una alternativa lógica : la de la sostenibilidad. Gestionar lo esencial desde esta perspectiva implica:
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Reconocer el carácter no sustituible de ciertos bienes: Agua, aire sano, alimentos básicos, salud, educación, energía, vivienda o ecosistemas sanos.
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Asegurar su acceso universal y equitativo, como derechos, no como privilegios.
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Respetar los límites planetarios: no extraer, consumir o contaminar más allá de lo que la naturaleza puede regenerar. Prohibir las prácticas depredadoras de la naturaleza.
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Promover la participación democrática y comunitaria en las decisiones sobre su gestión. Una nueva Gobernanza en la gestión de los bienes esenciales.
Hay experiencias reales que muestran este enfoque:
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Comunidades que gestionan de forma colectiva sus fuentes de agua, energía, vivienda o tierras de cultivo.
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Redes de producción y distribución de alimentos de proximidad, que priorizan la salud, la biodiversidad y la soberanía alimentaria.
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Cooperativas y comunidades energéticas que impulsan renovables gestionadas localmente, fuera de las grandes corporaciones. La energía cómo derecho fundamental de todas las personas.
Dos lógicas en tensión
Aspecto |
Lógica del mercado |
Lógica sostenible |
---|---|---|
Acceso |
Según capacidad de pago |
Derecho garantizado |
Objetivo |
Lucro |
Bien común y regeneración |
Temporalidad |
Cortoplacismo |
Visión intergeneracional |
Gestión |
Empresarial y privada |
Comunitaria y/o pública |
Relación con naturaleza |
Extractiva |
Respetuosa con los límites ecológicos |
Caminos hacia una transición justa
No se trata solo de diagnosticar el problema, sino de transformar las estructuras que mercantilizan la vida. Algunas propuestas clave:
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Crear sistemas no mercantilistas para disponer de medios que garanticen el acceso de la humanidad a los bienes esenciales: agua, alimentos, educación, sanidad, energía y vivienda. Estos bienes esenciales deben de ser avalados políticamente, incluso si fuese necesario con un cambio en la Constitución, para evitar su inacción por parte de los poderes públicos.
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Apoyar modelos económicos basados en la cooperación, el cuidado y el reparto: desde la economía social y solidaria hasta nuevas formas de propiedad colectiva. Un buen ejemplo serían las propuestas que realiza la Economía del Bien Común (EBC).
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Cambiar los indicadores de progreso: dejar de medir el éxito por el crecimiento del PIB, y hacerlo por el bienestar, la equidad y la salud de los ecosistemas.
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Promover una ética del cuidado y una cultura del bien común, que ponga la vida en el centro de las decisiones.
Recuperar el sentido de lo común
Lo que está en juego no es solo una cuestión técnica o económica: es una elección civilizatoria. Necesitamos recuperar la idea de que hay bienes que no pueden ser tratados como simples objetos de comercio. El agua, la tierra, el aire limpio, la salud, el conocimiento, la vivienda, la energía no son mercancías: son condiciones esenciales de la vida. Gestionarlas desde la sostenibilidad es, más que una alternativa, es una necesidad urgente y vital, si queremos garantizar un futuro digno para todas las personas y seres vivos.
Estamos en una encrucijada histórica. La forma en que decidamos gestionar los bienes esenciales para la vida —agua, salud, energía, alimentos, vivienda, ecosistemas— determinará no solo la justicia social de nuestras sociedades, sino también la supervivencia misma de las futuras generaciones. Seguir confiando en el mercado como árbitro único de estos bienes vitales nos conduce a un callejón sin salida: exclusión, degradación ambiental y fractura social. La lógica del lucro no puede seguir dictando el acceso a lo que es indispensable para vivir.
Frente a este modelo agotado, emerge con fuerza una alternativa: la sostenibilidad como principio rector, la cooperación como herramienta, y el bien común como horizonte. No se trata de utopías inalcanzables, sino de realidades que ya están germinando en territorios donde las personas se organizan para recuperar el control democrático de lo esencial. Las experiencias que se multiplican —desde cooperativas energéticas hasta redes agroecológicas y modelos de gobernanza participativa— nos demuestran que otro modo de gestionar lo vital es no solo posible, sino urgente.
La pregunta ya no es si podemos cambiar, sino si podemos permitirnos no hacerlo. Es tiempo de desmercantilizar la vida, de poner límites al extractivismo, de construir una economía al servicio de las personas y del planeta. Y, sobre todo, es tiempo de actuar: con decisión política, con compromiso ciudadano, con ética del cuidado.
¡Porque lo esencial no se vende: se protege, se comparte, se cuida!
Autor:
Juan Manuel Martín EBC-Valladolid
Apoyos:
Tomás García Álvarez EBC-Asturias
Fernando Moreno Bernal EBC-Cádiz
José Luis Sánchez Alcalde Miranda Azán (primer municipio del Bien Común)
María Pilar Rueda Requena EBC-Valencia
Albert Llucian EBC-Valencia
Adela Suñer EBC-Barcelona
José Luis Meri EBC-Valencia
Bibliografía/Referencias:
Thomas Piketty y Michael J. Sandel “Igualdad, qué es y por qué importa” Debate- abril 2025
Luis F. Campos y Carmen Rodríguez “Los Bienes Democráticos en la Economía del Bien Común” CIRIEC-España, Revista de Economía Pública, Social y Cooperativa, nº 90, Agosto 2017, pp. 223-252
Christian Felber “La Economía del Bien Común” Deusto 2015
Viajemos al año 2050: Economía del Bien Común Youtube-2023
Mariana Mazzucato “El estado emprendedor” RBA libros – 2019
Juan Torres López “Para que haya futuro” Deusto – 2024
Michael J. Sandel “La tiranía del mérito” Debate – 2020
Thomas Piketty “Capital e ideología” Deusto – 2019
Kohei Saito “El Capital en la era del Antropoceno” Editorial B – 2022
Jason Hickel “ Menos es más” Capitán Swing libros – 2023