Ante el cambio climático y la creciente desigualdad, nuestra forma actual de medir el éxito económico no es adecuada. El Producto Interno Bruto (PIB) no está diseñado para medir la prosperidad humana y planetaria. No informa a los responsables de la toma de decisiones cómo de sostenibles son realmente nuestras economías. El Producto de Bien Común (CGP) es una nueva medida innovadora que pueden utilizar los responsables políticos y las sociedades para superar estas limitaciones. En lugar de un crecimiento sin fin en un planeta limitado, su objetivo es aumentar el bienestar de las personas y la naturaleza. Cambia el enfoque de la medición del éxito de los medios a las metas.

Más información: economiadelbiencomun.org/el-producto-del-bien-comun

Página web internacional: www.commongoodproduct.org

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Carta abierta a los Jefes de Estado del G20

Estimadas Excelencias,

Nosotros, los abajo firmantes, les pedimos a ustedes, los Jefes de los países del G20, que asuman el liderazgo para una transición hacia un sistema económico verdaderamente sostenible. Uno que se mida a través del Producto del Bien Común en lugar de el Producto Interior Bruto.

Un sistema económico sólo puede ser socialmente justo y ambientalmente sostenible si tiene estructuras para prevenir el daño e incentivar el comportamiento responsable. Ahora, después de que Covid-19 haya devastado nuestra normalidad como un huracán que barre la costa y el cambio climático amenaza nuestra propia existencia, debemos aprovechar el impulso para realizar ese cambio hacia una economía adaptada al futuro. En lugar de tratar los síntomas, debemos abordar la causa de nuestra crisis global: nuestra forma actual de medir el éxito económico.

El Producto Interior Bruto (PIB) no está diseñado para apoyar la prosperidad humana y planetaria. No logra informar a los responsables de la toma de decisiones sobre la sostenibilidad de nuestras economías. Esto se debe a que el dinero no es el objetivo de la economía. Es el medio para hacer crecer el bien común. El crecimiento del PIB es poco más que una agregación de transacciones de mercado medidas en términos monetarios, como la producción y venta de camisetas o armas, sin tener en cuenta si contribuyen -o perjudican- al bienestar humano. El PIB tiene como objetivo aumentar el crecimiento, sin tener en cuenta los límites planetarios y, por tanto, a costa de las generaciones futuras.

Sin embargo, existen métricas alternativas que permitirían a las sociedades ser más sostenibles. El Producto del Bien Común desplaza el foco de la medición del éxito de los medios (crecimiento financiero) a los objetivos (el bien común). El Producto del Bien Común es una medida tan innovadora que puede ser utilizada por los responsables políticos y las sociedades para superar las limitaciones del PIB. En lugar de un crecimiento interminable en un planeta finito, su objetivo es aumentar el bienestar de las personas y la naturaleza. El Producto del Bien Común ayuda a los políticos a promulgar leyes basadas en su contribución real al bien común y a seguir el progreso en áreas como la seguridad climática, la regeneración ecológica, la salud, el alivio de la pobreza o la igualdad. Con este marco, sería más fácil incentivar la actividad económica que contribuye al bien común, mientras que los que se aprovechan de la situación se encontrarían con mayores obstáculos que los actuales.

Un proceso democrático ascendente podría definir los valores y objetivos comunes de la sociedad. Determinados en un proceso participativo e inclusivo, puede incorporar los valores fundamentales de una sociedad, fortaleciendo así nuestras democracias y la co-creación de nuestro futuro compartido. El Producto del Bien Común puede resolver dos problemas: la falta de participación de los ciudadanos en las decisiones políticas fundamentales y una brújula para nuestra economía.

Existe un creciente consenso mundial de que ha llegado la hora de un cambio fundamental en nuestras economías. Ha llegado el momento de un cambio radical en nuestra mentalidad. Adoptar y promover el Producto del Bien Común puede ser una poderosa palanca para lograr ese cambio.

Robert Kennedy dijo en 1968 «El Producto Interior Bruto lo mide todo, excepto lo que es verdaderamente importante». El PIB no es -ni puede ser- la única medida del progreso nacional. Por lo tanto, les instamos a reequilibrar nuestra economía permitiendo el desarrollo y la puesta en marcha de un Producto de Bien Común, a nivel nacional, regional y local.

Excelencias, el momento de cambiar nuestro sistema económico es ahora. Se necesita urgentemente su liderazgo político.

Atentamente,
La comunidad internacional responsable.