Muy buenos días. Voy a ser breve ya que no quiero quitarle tiempo ni protagonismo a nuestros ponentes, pero si quería aprovechar esta oportunidad para dejaros con una reflexión sobre la importancia de cambiar nuestro paradigma de negocio de extractivo-competitivo a regenerativo-colaborativo, un cambio por el que abogo con mi trabajo de consultor estratégico en Kimiya Tactics desde hace ya 5 años.
¡Estamos en un momento de transformación global!
Lo antiguo se desmorona y lo nuevo está en proceso de nacimiento. Ya lo decía el ex Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-Moon y se refería a ello como la Gran Transición. Los problemas del mundo ya no se pueden resolver con un pensamiento mecánico y lineal anticuado, y la visión de Einstein, resuena en nuestros oídos y corazones cuando entendemos que gestionar las complejidades de hoy en día, no se puede hacer con el mismo nivel de conciencia que con las que se crearon.
Los líderes de todas las generaciones y regiones del mundo están siendo simultáneamente llamados y engatusados a una nueva manera de operar, un nuevo paradigma, que esencialmente pone a la vida, lo social y medioambiental, en el centro de cualquier afirmación.
Parece una orden imposible de conseguir, cuando la brecha social es cada vez más amplia y cada vez son más los que se ven apurados para sobrevivir. Sin embargo, no es nada más, ni nada menos, que despertarse y asumir la responsabilidad de ser humano; ponernos a la altura de nuestro nombre como Homo Sapiens – seres inteligentes.
Llamamos esta nueva manera de operar Negocio Regenerativo.
La palabra “regenerativo” significa crear las condiciones necesarias, que permitan que la vida pueda continuamente renovarse y florecer. Donde el liderazgo regenerativo y el desarrollo organizativo favorecen y no impiden la evolución dinámica de la vida. Esto va más allá de las iniciativas de Responsabilidad Social Corporativa o Empresarial y no se limita a minimizar los impactos negativos o externalidades de la forma de operar o pensar; apuntan a un paradigma totalmente nuevo, una nueva manera de hacer negocios y de ser en general. Básicamente, aplica la lógica regenerativa de los sistemas vivos, la lógica de la naturaleza – al final, somos naturaleza.
Con esta lógica, las externalidades se convierten en oportunidades para crear valor, el desperdicio de uno se vuelve el alimento de otro; los grupos de interés se vuelven socios para interactuar, comunicar con autenticidad y transparencia y fomentar las relaciones recíprocas; el pensamiento lineal es reemplazado por un pensamiento de sistema y una economía circular basada en el bien común; los recursos no se gestionan para un beneficio a corto plazo, pero se perciben holísticamente, en el contexto más amplio de la matriz inter-relacional de la vida y su conservación.
Una de las novedades en este tipo de organización es la auto-gestión. Como en la vida, en una organización auto gestionada y motivada por propósitos éticos, el cambio puede venir de cualquier persona que sienta que el cambio es necesario. Así es como ha ocurrido el cambio en la naturaleza durante millones de años. La innovación no ocurre centralmente, siguiendo un plan. Ocurre en los bordes, cuando un organismo percibe un cambio en el entorno y experimenta para encontrar una respuesta apropiada. Muchos intentos fracasan; pero otros se esparcen rápidamente a cada recoveco del ecosistema.
Esta forma de pensar no es una utopía, cada vez hay más empresarios adoptándola con éxito y silenciosamente se está generalizando. Patagonia, la empresa de ropa y equipo para exteriores, es un ejemplo más conocido y Buurtzorg, una ONG holandesa en plena expansión global, dedicada al cuidado de la salud y quizás menos conocida, entre otros muchos, abren el camino con gran éxito.
Podemos y debemos hacer las cosas de otra manera, no solo por nosotros mismos, ni por nuestros hijos, ni siquiera por los menos afortunados que nosotros, sino para el tejido más amplio de la vida, para familiares y amigos, para humanos y no-humanos, para mí, para nosotros, para el mundo.
No me gusta hablar de sostenibilidad, prefiero hablar de negocio regenerativo y para que hagamos de ello una realidad, necesitamos líderes regenerativos – personas dispuestas a asumir la responsabilidad de crear y dar valor de manera que se reafirme la vida.
Estoy seguro que esto resuena en todos nosotros, hagamos que el turismo, una de las industrias más criticadas por su impacto negativo en los sistemas vivientes, lidere el cambio. Cádiz es un diamante turístico que aún está en bruto y que sólo en el último año se ha puesto verdaderamente en el punto de mira del turismo mundial. Unamos fuerzas para que Cádiz sea el primer destino turístico, no sostenible, sino regenerativo.
Desde la AETC y desde Kimiya Tactics, me pongo a vuestra disposición, para aportar las herramientas necesarias para acompañaros en esta transición.
Muchas gracias.
Sacha Bernal Coales
Campo de energía EBC Cádiz
Prado del Rey (Cádiz) 23 de octubre 2019